Labordeta sexual
Cuándo la conocí yo estaba con ella, seguro que por eso no me fijé. Ahora que ella existe en el sueño de la no existencia, ¿qué razón existe para no coger la mochila, echar a andar y perderme entre sus piernas? Ya lo he empezado a soñar despierta, y su nombre, burdo donde los haya, ha empezado a sonarme lírico. ¡Qué gran polvo hemos echado en mi mente a eso del mediodía! Nunca nadie no la vio tan guapa.
Se me escapó el amor entre las manos,
no puede comprender cómo, ya no siento;
de tanto quererla, de tanto adorarla…
Se me perdió el amor, no sé en qué momento,
ya no me alegra verla, estarme entre sus brazos,
no siento añoranza con sus recuerdos,
no tengo ansiedad por sus llamadas,
se extinguió la llamarada que encendían sus besos.
Busco en mi interior hallar su sentimiento
más nada responde, solo hay silencio,
ni siquiera la angustia de ya no encontrarla
increíblemente todo es un árido desierto.
No me enoja lo que antes me alteraba,
su macabra indiferencia ante mi voz.
No me despierta su nombre ninguna motivación,
no me comprendo, sin darme cuenta
se me acabó un océano de amor…
La indiferencia ha ganado la partida
y este vacío de amor nada me causa,
me invade una calma que hasta me espanta
me asusto de mí misma y me sonrío.
Después de tantos años,
camino sin amor y no lo entiendo…
Yo que pensaba que este amor era tan fuerte,
no sentí ni el momento de su muerte.
P.D ya ves un simple sentimiento.